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Cada día es una segunda oportunidad
Esto es para todas aquellas personas que quizás se hayan "descarrilado" una y otra vez. Darte cuenta de que cada día es literalmente un nuevo día para demostrar que puedes lograrlo es una sensación liberadora. La sobriedad vale la pena e incluso si necesitas una cuarta, quinta o quincuagésima oportunidad, ¡cada día es un día más para intentarlo!
La adicción es una enfermedad compleja que afecta al cerebro. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), las drogas reconfiguran el cerebro humano y hacen que sea muy difícil dejar de consumirlas.
La adicción se considera una decadencia moral y, por lo tanto, está estigmatizada. Si bien la mayoría de las personas la ven como una falta de fuerza de voluntad o espiritualidad, la adicción es, en realidad, una afección médica que requiere ayuda profesional. La adicción afecta al cerebro y la exposición prolongada y el aumento de la actividad en una determinada droga o proceso pueden provocar problemas más graves a largo plazo.
Las personas que se encuentran en la primera etapa de recuperación de la adicción aún no están preparadas para ningún programa de tratamiento de la adicción. Esta fase se caracteriza por una actitud defensiva y una justificación interminable de su comportamiento. Existe una clara falta de comprensión del impacto negativo del consumo excesivo de drogas o alcohol y un fuerte enfoque en los efectos positivos que experimentan al consumir su droga preferida.
La siguiente fase se caracteriza por la preparación contemplativa. Esto significa que la persona está preparada para generar cambios en el futuro, pero no de inmediato. A diferencia de la etapa anterior, es consciente de las ventajas de dejar las drogas.
En la etapa de preparación, la persona va creando un sentido de urgencia en relación con su deseo de dejar la droga. Por lo general, ya ha dado pasos para actuar, como apuntarse a un gimnasio, acudir a un terapeuta o intentar dejar la adicción por sí sola sin acudir a un centro de tratamiento.
Durante la etapa de acción, la persona ha realizado cambios significativos en su vida y se compromete a cambiar. Esta etapa de cambio se caracteriza por períodos prolongados de abstinencia y la inclinación a recurrir a profesionales en busca de ayuda antes o después de una recaída.
Durante la etapa de mantenimiento, la persona trabaja arduamente para evitar una recaída en la recuperación de la adicción. También mantiene los cambios de estilo de vida que realizó, como hacer ejercicio con regularidad, realizar actividades recreativas, mantenerse sobria, prestar atención a la higiene del sueño y asistir a grupos de apoyo. No siente la necesidad de recaer con tanta frecuencia como las personas en la etapa de acción, por lo que su confianza aumenta y realmente cree en su capacidad para mantener la sobriedad a largo plazo.